martes, 31 de agosto de 2010

"INFIERNO VERDE" LO SERÁS TÚ

Hoy no voy a hablar de Fórmula Uno, no me apetece, no encuentro nada reseñable por lo que merezca la pena romper una lanza. No soy amante de crónicas porque no soy “cronista” de nada ni lo voy a ser. No quiero entrar en debates tontos sobre si Massa estaba o no mal posicionado en la salida ni voy a malgastar mi tiempo en inventar “y sis” en derredor a la estrategia de Fernando Alonso. No pienso invertir mi tiempo en analizar qué le pasó a Vettel ni estoy dispuesta a barajar más supercherías sobre Carlos Sainz o De La Rosa.

Lo que hoy me apetece va más allá de un deporte o de una afición. Hoy me apetece defenderme del  fanatismo de un comunicador, por otra parte excelente como tal.  Hoy mi singular opinión clama por gritar:

 
"FLACO FAVOR LE HACE USTED A ESTE DEPORTE SR. LOBATO"



Pues sí, esa es mi opinión que no deja de ser una gota en el océano pero, como decía mi abuela: "gota a gota se hace el charco".

Son muchas las veces que viendo, sobre todo oyendo, las retrasmisiones de la mano de este señor, mi corazón ha dejado de latir, supongo que contagiado por una extraña suerte de ausencia de oxigeno en el córtex cerebral de este señor (su alopecia lo demuestra) que le impide evolucionar como periodista en general y como aficionado de la Fórmula Uno en particular.

Es para mí inconcebible que en 7 años al pie del cañón en este mundo el Sr. Lobato todavía no se haya enterado de que esa carrerita que se juega el sábado por la mañana y que sirve para determinar la parrilla de salida del día siguiente, el día de la carrera, se llama CALIFICACIÓN O CUALIFICACIÓN y no clasificación. Que el fruto de esa carrera, la parrilla de salida del domingo, cabe denominarla Clasificación de la Calificación/Cualificación, pero mientras que no se haya disputado y en el transcurso de la misma no podemos hablar sino de Calificación/Cualificación para la carrera. No es tan difícil de entender, aunque llevo tiempo sospechando y cada vez se me hace más plausible, que lo realmente difícil es hacérselo entender (obsérvese la diferencia).

Debe ser también bastante difícil aprenderse los pilotos que participan así como aprender a distinguir entre compañeros de escudería, menos mal que este año Toro Rosso y Red Bull han tenido la deferencia de decorar sus monoplazas con más vista que el año pasado. El tema de quien lleva la cámara amarilla y quien la roja en cada escudería debe ser bastante difícil de compaginar con la decoración del casco de los pilotos en cuestión.

Sr. Lobato yo soy Liuzzi y ese que viene por ahí es Sutil. Liuzzi - Sutil ... Liuzzi - Sutil ... cámara amarilla, cámara roja ... 15 - 14 ... Liuzzi - Sutil. Ahora le pongo los cascos para que se los vaya aprendiendo.
LIUZZI SUTIL

Ya puestos, también debe ser trabajo de monos documentarse de forma previa a cada GP sobre las peculiaridades del mismo, anécdotas y “apodos” por los que se conoce a unos y otros circuitos porque digo yo, si mi hijo de 7 años sabe que “El Infierno Verde” es el viejo trazado de Nürburgring poco más que eso le pido yo a un señor que carrera tras carrera cobra su sueldo (y no voy a meterme en la cuantía del mismo que eso cada cual se lo lucha en batalla particular y bien ganado está) a expensas de su trabajo, el cual, desde mi punto de vista, carece de la calidad que debiera. Espero que para el próximo gran premio alguien tenga a bien informarle que Monza es conocido como “El Templo de la Velocidad” porque no creo que mis dientes puedan volver a chirriar como el domingo pasado sin tener que acabar el lunes presentando mis disculpas ante el dentista.

"La lluvia cae bajo el cielo gris"
Todo lo anterior podría salvarlo, ignorarlo, hacer de tripas corazón y perdonarlo si no fuera por el “maravilloso” hecho de que cuando el domingo termina la carrera acabo tan asqueada por su forma de “tratar” a Fernando Alonso que ya no sé si quiero que gane, que pierda o que a mitad de carrera enfile ex profeso contra la cabina de comentaristas acabando así con la agonía de muchos telespectadores. Sólo espero que si algún día Alonso se da cuenta del flaco favor que le está haciendo este señor a su imagen tanto personal como profesional (uno de los mejores pilotos de la actual parrilla y con 2 títulos en su haber, cosa de la que ningún otro puede presumir más que “El Viejuno que no debió volver” y que no está en posición en este momento de piar por unos crispis), tenga la deferencia de avisar a Gené para que no vaya ese día.

Ni que decir tiene que me pareció vergonzoso el papelón baboso de “novia enfadada” que se marcó el domingo vaticinando los trompos que iba a hacer Massa en cuanto cayeran 4 gotas. ¡Pues mira por donde!, Massa terminó 4º, no se salió ni una vez de la trazada y por más que se empeñe quien se empeñe, el hecho de haber salido adelantado no fue el secreto de su buen hacer, lo fue una “mediocre” calificación, una “mediocre” estrategia y su “mediocre” forma de conducir (va por ti Noe).

Porque alguien debería decirle a este señor que Alonso falló. Dejemos de disfrazarlo de Fallera Mayor y aceptemos las cosas como son. Falló como fallan todos alguna vez, porque no es ningún Dios y porque no es “Magic”, porque “Magic” sólo hubo uno y nada ni nadie nos lo devolverá jamás, D.E.P. Ayrton Senna.

"Magic" Senna, por siempre y para siempre.
 No quería ir más allá, pero ya me he calentado. Eso es lo que pasa cuando doy rienda suelta a la “bicha” que llevo dentro y la dejo hacer y deshacer con el teclado a su gusto y sin censura. Esto es lo que hay, y la autocensura me parece una falta de respeto, en primer lugar hacia mí y en segundo lugar hacia los amigos que van a dedicarme un poquito de su tiempo para leer esto.


¿Qué tal si hablamos ahora de la GP2? Sí, ese deporte que se parece a la Fórmula 1 pero con mucho menos glamur y caché. Esa tontería que ponen antes del previo los domingos con unos cochecitos “supermonos” parecidos a los de F1 pero con mucho menos glamur y caché. Esa carrera con esos pilotos que son tan poco relevantes que por merecer no se merecen ni que este señor se aprenda sus nombres y no digamos ya el cómo pronunciarlos (porque a Turvey le importa Lobato menos que a éste él, que si no alguna palabra tendría con él). Obviamente, si no es capaz de distinguir en una carrera de F1 que piloto lleva un Force India, tampoco vamos a pedirle que sepa quien lleva “un monoplaza blanco y azul”, ¡faltaría más!, con el poco glamur y caché que tienen estos pilotos.

Oliver Turvey (Tarvi), ese piloto también conocido como "Turvé", "Turví", "Turvei", "Turvie" ... el mejor día termina llamándolo "Turvado", una pena que el ínclito responda al nombre de Oliver en lugar de Thomas ... lo que nos íbamos a reir.

Es tan poco el glamur y el caché que reviste esta categoría del motor que ni siquiera merece que la retransmitan en directo, cosa que por otro lado tampoco entiendo porque si fuera para poder corregir las lagunas de conocimiento que ostenta el titular de la retransmisión, pase, pero es que ni siquiera ese esfuerzo hace, eso sí, recortamos vueltas para irnos antes y para qué oír lo que tenga que decir Jacobo Vega (mucho mejor preparado al respecto) que se está jugando el puesto de mala manera dejando las más veces en evidencia (sin intencionalidad supongo) al “jefe” del chiringuito.

Supongo que ahora habrá quien diga: “Pues si no te gusta para qué lo ves, si no quieres oírlo puedes poner tv3 o cualquier otra retrasmisión, total, para oír los motores con eso te vale”. ¡Pues no!, me gusta la retransmisión de La Sexta (con sus anuncios y todo fíjate). Me gusta escuchar a Gené anticiparse sólo con oír los motores al pasar, me gusta ver como Nira Juanco se juega el tipo cada fin de semana haciendo “sus labores” por el padock y demostrando todo lo que ha aprendido del año pasado a este, no voy a negar que echo de menos a Víctor Seara pero me divierte Nira. Reconozco que los comentarios de Carlos Sainz no me dicen nada, pero tampoco le voy a colgar el sambenito de gafe, de hecho, preferiría que Andy Soucek ocupara ese asiento más veces pero claro, el “niño pijo” osó corregir al “jefe” en más de una ocasión y eso quita puntos. En definitiva, que yo tengo derecho a elegir seguir La Sexta pero igualmente tengo derecho a decir que no me gustan ciertas cosas de uno de sus comentaristas, para eso me trago los anuncios intentando vislumbrar en una pequeña pantallita si el coche rojo que se ha salido es el de Massa o el de Alonso.

En fin, que todo esto no ha sido más que una forma de desahogarme en previsión del próximo Gran Premio de Italia. Mi cerebro y mi corazón son como los discos duros de los dvd grabadores, de vez en cuando hay que hacer una limpieza y pasar algunas grabaciones a dvd porque si no te quedas sin sitio. Esto no deja de ser mi más sincera, humilde y singular opinión … ¡Y PUNTO PELOTA!